Cuando todo parece que se acaba y el final llega, pasa por Sevilla sóla, con la
mirada fija en lo más alto, como buscando el consuelo donde no se puede encontrar.
¡Costalero! que no se note el andar,
Zancada reposada pero sin saltar,
Zancada reposada pero sin saltar,
que en su corazón nos lleva nuestra
Virgen de la Soledad.
Feliz Navidad
